El calentamiento antes del ejercicio es una práctica que con demasiada frecuencia se subestima en el mundo del deporte. En algunos casos, incluso se omite en la rutina de entrenamiento, sobre todo por cuestiones como la falta de tiempo. Pero, ¿sabías que saltarte esta parte del entreno puede tener consecuencias fatales? Su importancia reside en que desencadena una serie de respuestas fisiológicas y prepara al cuerpo para el esfuerzo físico que va a realizar. En este artículo, vamos a profundizar en su importancia y en cómo debes adaptarlo a tus rutinas.
¿Qué es el calentamiento y cuál es su finalidad?
El calentamiento hace referencia a una serie de movimientos o ejercicios suaves, que se van intensificando gradualmente, y que se realizan antes de una sesión de entrenamiento o una actividad física. Su objetivo principal es preparar al cuerpo para el ejercicio, tanto física como mentalmente. La razón la encontramos en los diferentes cambios que se van produciendo mientras se practica. Son los que te dejamos a continuación:
Aumento de la temperatura corporal
El calentamiento antes del ejercicio eleva la temperatura corporal. ¿Y por qué es tan importante? Cuando el cuerpo está caliente, los músculos, tendones y articulaciones se vuelven más flexibles, y con ello, se reduce el riesgo de lesiones. Con el aumento de la temperatura, también aumenta la velocidad de conducción de los impulsos nerviosos, que permite a los músculos trabajar mejor.
Incremento del flujo sanguíneo
El calentamiento también provoca un aumento en el flujo sanguíneo hacia los músculos que están a punto de ser utilizados. Para que lo entiendas, se incrementa la cantidad de oxígeno y nutrientes a las fibras musculares. De esta forma, la contracción muscular es más eficiente y prolongada.
Preparación del sistema cardiovascular
El corazón y los vasos sanguíneos se benefician del calentamiento antes del ejercicio al aumentar gradualmente la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Si practicas deportes o entrenamientos muy intensos, es conveniente que tu sistema cardiovascular se prepare progresivamente. Así podrás reducir el riesgo de arritmias y otros problemas cardíacos.
Mejora de la flexibilidad y movilidad articular
El calentamiento incluye estiramientos suaves que ayudan a mejorar la flexibilidad y la movilidad articular. La finalidad es reducir la tensión sobre las articulaciones y disminuir la probabilidad de sufrir lesiones, como distensiones musculares o desgarros.
Tipos de calentamiento
Existen diferentes tipos de calentamiento, y la elección del más adecuado depende de la actividad que vayas a realizar y de su intensidad. A continuación te dejamos algunos ejemplos comunes para que tengas una referencia.
Calentamiento general
Este tipo de calentamiento implica actividades de baja intensidad, como caminar, trotar suavemente o andar en bicicleta estática durante unos 5-10 minutos. Es ideal para actividades aeróbicas como correr o nadar.
Calentamiento específico
El calentamiento específico se centra en los músculos y movimientos que se utilizarán en el ejercicio principal. Por ejemplo, si se va a realizar una sesión de levantamiento de pesas, este calentamiento incluiría ejercicios de estiramiento y movilidad para los grupos musculares que se trabajarán. Este enfoque reduce el riesgo de lesiones relacionadas con movimientos específicos.
Calentamiento dinámico
El calentamiento dinámico involucra movimientos activos que aumentan gradualmente en intensidad. Por ejemplo, saltos suaves, sentadillas con peso corporal y movimientos de estiramiento controlados. Este tipo de calentamiento mejora la circulación sanguínea y la flexibilidad, y prepara al cuerpo para movimientos más explosivos y rápidos. Es útil en el HIIT o el crossfit.