Flexibilidad y fuerza: la fórmula perfecta para un cuerpo equilibrado

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Si alguna vez has estado en un gimnasio o sigues cuentas de fitness en las redes sociales, te habrás dado cuenta de que todo gira en torno a la tonificación y el desarrollo de la fuerza. Hasta es bastante frecuente que ni siquiera se dé a los estiramientos la relevancia que tienen. Por eso, en este artículo queremos hablarte de la importancia de trabajar la flexibilidad y la fuerza. Ambas son complementarias y su trabajo es lo que te permitirá que tu cuerpo esté equilibrado. 

¿Por qué es importante trabajar la flexibilidad?

La flexibilidad no es una cualidad que se pueda percibir a simple vista. Asistir a clases en las que se trabaja no transforma nuestro cuerpo de una manera perceptible, tal y como suele suceder cuando entrenamos la fuerza. 
Puesto que el mundo del fitness tiene un alto componente estético, habilidades como la flexibilidad suelen quedarse en segundo plano. Sin embargo, debemos recordar que los beneficios reales de la actividad física son internos. Por lo tanto, si queremos que nuestro cuerpo esté equilibrado y en buena condición general, debemos trabajar flexibilidad y fuerza. 
La flexibilidad permite obtener una mayor amplitud de movimiento, que es fundamental para reducir el riesgo de lesiones en las articulaciones o en los músculos. El trabajo de fuerza causa rigidez en la musculatura, y esta circunstancia puede provocar también una postura incorrecta. A su vez, esta producirá dolores que repercutirán en el día a día. 

Beneficios de combinar flexibilidad y fuerza

Además de la movilidad y la reducción del riesgo de lesiones, hay otras ventajas cuando combinamos en nuestras rutinas la flexibilidad y la fuerza. A continuación te las dejamos. 

Mejora del rendimiento deportivo

La combinación de flexibilidad y fuerza no solo previene lesiones, sino que también mejora el rendimiento deportivo. Una mayor flexibilidad permite una mayor movilidad y coordinación, y ambos son elementos clave para atletas en disciplinas que requieren cambios de dirección rápidos y movimientos amplios. 
Por consiguiente, cuando integramos en las rutinas ejercicios de flexibilidad y se realizan en el tiempo, se puede marcar la diferencia en la velocidad, la agilidad y la resistencia.

Reducción del dolor muscular 

Los entrenamientos intensos y regulares de fuerza suelen producir tarde o temprano tensiones musculares. Para liberarla e incluso evitar que se pueda generar, es conveniente incorporar rutinas de flexibilidad. Por ejemplo, los estiramientos estáticos o los dinámicos, ya que ambos ayudan a reducir la rigidez muscular después de los entrenamientos. 
Más allá de aliviar el dolor en la musculatura, los estiramientos favorecen la recuperación muscular. Por lo tanto, es posible volver a realizar nuevas rutinas con mayor rapidez sin que tengan un impacto negativo en el cuerpo. 

Equilibrio y estabilidad

Combinar flexibilidad y fuerza es excelente para mejorar el equilibrio y la estabilidad del cuerpo, ya que son habilidades complementarias. Una musculatura fuerte permite obtener soporte estructural, mientras que la flexibilidad es la que se encarga de que podamos adaptarnos a movimientos diferentes. 
Cuando estamos compensados, se reduce la probabilidad de caídas, sobre todo a medida que vamos envejeciendo. Hay que recordar que el trabajo de fuerza permite ralentizar la pérdida de la densidad ósea, es decir, de nuestros huesos, mientras que la flexibilidad nos hace estar más ágiles y poder movernos con mayor soltura. 

¿Cómo trabajar flexibilidad y fuerza?

Estiramientos dinámicos

Los estiramientos dinámicos son una forma eficaz de preparar a nuestro cuerpo para realizar un esfuerzo físico, como son los entrenamientos de fuerza. A diferencia de los estiramientos estáticos, que consisten en mantener una posición fija durante un tiempo, consisten en movimientos controlados y repetitivos que llevan al cuerpo a través de distintos rangos. 
Estos estiramientos mejoran la circulación sanguínea, aumentan la temperatura corporal y preparan los músculos para el entrenamiento. Dedicarles unos minutos antes de iniciar una rutina de fuerza, puede marcar la diferencia en la prevención de lesiones.

Yoga

El yoga es una disciplina que combina fuerza, flexibilidad y control mental. A través de posturas conocidas como asanas y técnicas de respiración, el yoga fortalece los músculos mientras mejora la flexibilidad y la conciencia corporal. Existen múltiples variantes de esta disciplina, por lo que te animamos a explorar y encontrar tu favorita. 

Pilates

El pilates se centra en el fortalecimiento del core y en la mejora de la flexibilidad. Hace énfasis en la alineación y el control del cuerpo, a través del trabajo de músculos profundos, que consiguen mejorar la postura y aumentar la flexibilidad. 
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