Practica yoga para reducir la ansiedad

Pincha aquí para ver el índice de temas de este contenido

Las demandas del día a día, el estrés laboral, las preocupaciones financieras y las tensiones personales repercuten directamente en nuestra estabilidad mental y emocional. La consecuencia directa es la aparición de diferentes trastornos, que cada vez van afectando en mayor medida a la población. Aunque existen múltiples formas de paliar esta tendencia, hoy queremos hablarte de la práctica de yoga para la ansiedad. Una herramienta efectiva que puede darte serenidad en medio del caos. 

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo humano ante situaciones de peligro o que generan estrés. Es una emoción con una función adaptativa, ya que prepara a nuestro cuerpo para luchar contra una amenaza o para huir de ella. 
El problema actual es que la ansiedad no aparece de manera puntual, sino que se convierte en persistente y se prolonga en el tiempo sin descanso. Si bien cuando es útil incrementa los niveles de alerta y mejora el rendimiento, en nuestra sociedad actual, la intensidad de las emociones de miedo que se experimentan es tan alta, que interfiere en las actividades diarias, en las relaciones interpersonales y el bienestar general de una persona. Por ello, hoy se considera a la ansiedad como la enfermedad silenciosa del siglo XXI
En lo que respecta a sus manifestaciones, estas difieren de una persona a otra. Así, se puede presentar el trastorno de ansiedad generalizada (TAG), el trastorno de pánico, el trastorno de ansiedad social o las fobias específicas. No obstante, los síntomas son similares, como palpitaciones, sudoración excesiva, temblores, dificultad para respirar, sensación de ahogo, mareos, inquietud, tensión muscular, problemas para conciliar el sueño y preocupaciones excesivas y continuas sobre el futuro. 
Si tú también padeces de este trastorno tratable o lo has experimentado alguna vez en tu vida, debes saber que además de la terapia psicológica, hay otros mecanismos a tu alcance. Como por ejemplo el yoga, que te ayudará a relajar tu cuerpo y tu mente

El yoga como terapia para la ansiedad

Si alguna vez has ido a yoga o conoces algo de esta disciplina, sabrás que se compone de posturas, conocidas como asanas. Durante una de estas clases, se hacen diferentes secuencias de movimientos, y cada uno de ellos se mantiene durante un tiempo determinado. En algunos centros, cada cambio se acompaña de una inspiración o una exhalación, siguiendo un ritmo. 
Sin embargo, la práctica auténtica del yoga va más allá y esta se entiende como una meditación en sí misma. Incluso cuando las posturas requieren de un esfuerzo físico. ¿Y qué significa esto? Pues que a medida que se van realizando las mencionadas secuencias de movimientos, la atención no debe estar centrada en el cuerpo. Al contrario, el foco estará siempre en el mantenimiento de la respiración
Se le llama respiración consciente, e implica mantener los labios sellados para respirar únicamente por la nariz. Cuando respiramos de esta forma, se reduce la frecuencia cardíaca. Y al tener que mantener la atención centrada en esta durante cada movimiento, se logra que la mente no se evada en pensamientos. 
Por tanto, el mecanismo que se emplea es el mismo que en las meditaciones tradicionales. En ellas, nos sentamos o tumbamos con los ojos cerrados y ponemos la atención en el aire que entra y sale. Se trata de la atención plena o mindfulness, y además de reducir la presión, también disminuyen los niveles de cortisol y, con ellos, la ansiedad. 

Posturas de yoga para la ansiedad

Postura del niño

Siéntate sobre tus talones en el suelo con las rodillas separadas. Luego, inclina el cuerpo hacia adelante, estirando los brazos hacia el frente y apoyando la frente en el suelo. Relaja los hombros y respira profundamente. Esta postura te ayuda a calmar la mente, al estirar suavemente la espalda y los hombros y liberar la tensión acumulada.

Postura del perro boca abajo 

Desde una posición de cuatro patas, levanta las caderas hacia el techo mientras estiras los brazos y las piernas. Mantén la cabeza entre los brazos sin mirar al techo, sino a la diagonal, y presiona los talones hacia el suelo. Respira profundamente mientras sientes cómo se estira la columna vertebral y se liberan las tensiones en los hombros y el cuello.

Postura del gato-vaca  

Esta serie de movimientos es excelente para relajar la espalda y mejorar la flexibilidad de la columna vertebral. Comienza en una posición de cuatro patas y alterna entre arquear la espalda hacia arriba (gato) y curvarla hacia abajo (vaca), mientras inhalas y exhalas respectivamente.

Postura del guerrero II 

Desde una posición de pie, da un gran paso hacia adelante con una pierna y extiende los brazos en línea recta, mirando hacia el frente. Mantén la otra pierna extendida detrás de ti. Esta postura no solo fortalece las piernas y los brazos, sino que también ayuda a mejorar el equilibrio y la concentración, y te dará una sensación de estabilidad emocional y mental.

Si buscas clases de yoga para la ansiedad, en Olimfit tenemos una zona zen. Es un espacio donde podrás practicar yoga estándar, acro yoga, balance, mind balance o tai chi, entre otras variantes. ¡Solo tienes que registrarte con nosotros y podrás acceder a todos nuestros contenidos!

tipos-de-serpientes-que-hay-en-espana

¿Cuáles son las serpientes más comunes en España?

Culebra Bastarda (Malpolon monspessulanus)

La Culebra Bastarda es la serpiente más grande de España, llegando a medir hasta dos metros de longitud. Habita en áreas abiertas y secas, como campos y laderas de montaña. Aunque también se la puede encontrar en zonas de cultivo. Su dieta es variada e incluye desde roedores hasta otras serpientes. Posee veneno, pero su sistema de inoculación es poco eficaz, lo que significa que en raras ocasiones supone un riesgo para los seres humanos. Su veneno neurotóxico puede, sin embargo, ser letal para su presa. Es una especie protegida en algunos lugares debido a la disminución de su hábitat.

Culebra de Escalera (Rhinechis scalaris)

La segunda de las serpientes de España se distingue por las marcas en forma de escalera en su dorso, de ahí su nombre. Se adapta a una gran variedad de hábitats y se puede encontrar desde zonas forestales hasta en terrenos más áridos. Es una serpiente no venenosa y principalmente nocturna, que se alimenta de roedores, lagartijas y ocasionalmente aves. Las hembras ponen entre 5 y 15 huevos, que eclosionan al cabo de uno o dos meses. Su adaptabilidad la hace una de las serpientes más extendidas en la península ibérica.

Culebra Lisa Meridional (Coronella girondica)

La Culebra Lisa Meridional prefiere zonas rocosas, praderas y matorrales. Es una serpiente no venenosa que generalmente evita el contacto humano y huye ante cualquier amenaza. Su dieta incluye principalmente lagartijas, pero también roedores y pequeños pájaros. Es una especie ovovivípara, lo que significa que da a luz a crías vivas en lugar de poner huevos. Su comportamiento evasivo y su habilidad para mimetizarse con el entorno la hacen difícil de detectar.

Culebra de Collar (Natrix natrix)

Esta serpiente de agua dulce es fácilmente reconocible por el collar blanco o amarillo que adorna su cuello. Se encuentra principalmente cerca de ríos, lagos y estanques, y es una excelente nadadora. Su dieta se compone en gran medida de peces y anfibios. No es venenosa y suele huir ante la presencia humana, aunque puede liberar un líquido maloliente si se siente amenazada. Su presencia es a menudo un indicador de ecosistemas acuáticos saludables.

Culebra Viperina (Natrix maura)

Cercana a las zonas de agua, la Culebra Viperina es otra serpiente no venenosa que se alimenta principalmente de peces. Es una magnífica nadadora y se la puede ver acechando a su presa en el agua. Tiene un aspecto similar al de algunas serpientes venenosas, lo que a veces genera confusión, pero es completamente inofensiva. Es especialmente activa durante el atardecer y la noche, cuando se alimenta.

Víbora Hocicuda (Vipera latastei)

Es una de las pocas serpientes en España que son venenosas y se encuentra en áreas montañosas y boscosas. Es de pequeño tamaño, generalmente no superando los 70 cm de longitud. Aunque su veneno no es extremadamente tóxico para los seres humanos, una mordedura requiere atención médica. Se alimenta principalmente de roedores y lagartijas. Su coloración la ayuda a camuflarse entre las hojas y rocas del suelo forestal.

Víbora Áspid (Vipera aspis)

Esta serpiente venenosa se encuentra principalmente en la región de los Pirineos. Su veneno es más potente que el de la Víbora Hocicuda y puede ser peligroso si no se trata de manera oportuna. Sin embargo, las mordeduras son raras y la serpiente suele evitar el contacto humano. Se alimenta principalmente de pequeños mamíferos y pájaros. A pesar de su temida reputación, es una especie en general esquiva que prefiere huir antes que atacar. En cualquier caso, si vives en la zona, quizá quieras ponerte en contacto con expertos en gestionar conflictos con reptiles.

Conclusión

La diversidad de serpientes en España es un reflejo de la riqueza de nuestros ecosistemas, desde las zonas áridas hasta las montañas y cuerpos de agua. Aunque la presencia de serpientes puede despertar cierto temor o inquietud, es esencial comprender que estas criaturas cumplen roles ecológicos vitales, y que la gran mayoría son inofensivas para los seres humanos. El respeto y la conservación de estos reptiles son pasos fundamentales para mantener el equilibrio de nuestra biodiversidad. Si deseas aprender más sobre cómo relacionarte con las serpientes de España no dudes en ponerte en contacto con Faunatek.

Artículos relacionados